En 1930, un piloto de aviones mejicano denunció la pérdida de señales de su
radio durante un vuelo que realizaba sobre una pequeña zona desértica situada
entre los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila. Fue la primera vez que hubo
constancia de anomalías en la zona, o eso, al menos, es lo que deberíamos creer
de no ser demasiado perspicaces…
¿Qué ocurre en este misterioso lugar del norte de México? |
Hablamos de uno de esos lugares del
mundo lleno de misterios. Misterios, en este caso, silenciosos, como silenciosa
es la atmósfera que rodea este enigmático lugar.
Quienes lo han visitado coinciden en asegurar que se trata de un lugar muy
raro. Y no es sólo que las radios allí sufran constantes interferencias. Las
brújulas fallan y dejan de apuntar al norte magnético, las piedras que pueden
encontrarse remiten a otros mundos. Hay constancia de mutaciones en animales y
algunos tipos de plantas…
El primer caso registrado data de 1930, decimos, y de él proviene el nombre
que se le dio al lugar. Pero muchos investigadores apuntan a siglos atrás,
hacia las civilizaciones que crecieron al norte y al sur de la Zona del
Silencio.
Los anasazi, al norte, y los mayas, al sur, fueron pueblos de enormemente
desarrollados. Las ruinas de sus monumentos así lo atestiguan. Sus leyendas,
sus mitologías, apuntaban a un origen celestial de sus miembros. Tanto mayas
como anasasi veían en el cielo el lugar del que, en algún momento del pasado,
habían llegado sus ancestros. Veneraban a dioses llegados del espacio, de aquel
lugar mítico que veían cada noche, sobre sus cabezas, cuajado de estrellas… Se
dedicaron a estudiarlas bien, a conocerlas a fondo. ¿O acaso las conocían ya
sin necesidad de adquirir esos conocimientos?
¿Qué vínculos unieron en su momento a los anasazi o a los mayas con los extraños fenómenos que desde siempre se han registrado en la Zona del Silencio? |
El caso es que la Zona del Silencio ha sido tradicionalmente un lugar
propicio para el avistamiento de objetos extraños no identificados. Hay quien
ve en ella un lugar, como el Triángulo de las Bermudas o las pirámides de Gizeh
(lugares con los que, casualmente, la Zona del Silencio está alineada en línea
recta), de aterrizaje. El caso es que sí han aterrizado sobre ella, a tenor de
los estudios geológicos del lugar, muchísimos meteoritos.
¿Qué hay en este lugar que lo hace tan especial? ¿Hasta qué punto ha
influido en el desarrollo de culturas tan impresionantes como la maya o la
anasazi?
A veces basta con tan sólo mirar sin prejuicio alguno…
Leyendo este artículo es evidente que nos puede venir una cosa a la cabeza... radiación. Pero debida ¿a qué? A los meteoritos venidos del espacio, a naves espaciales...muy interesante artículo.
ResponderEliminarEfectivamente, la radiación es una de las fascinantes teorías que explicarían los extraños fenómenos que se producen en este lugar.
ResponderEliminarUn saludo, amigo!!!