Los primeros
españoles que pisaban el Nuevo Mundo lo hacían borrachos de leyendas sobre el
oro, un metal que en la vieja Europa era sinónimo de riqueza, y que el América
parecía tener un significado un poco más ambiguo. Los pueblos que iban
encontrando lo utilizaban para fabricarse joyas y objetos ceremoniales, pero no
lo utilizaban como moneda. Sin embargo, le daban un origen divino, y lo
reverenciaban como un don otorgado por los dioses.
Hernán Cortés se
volvió loco preguntando a Moctezuma de dónde salía el oro que había en sus
ciudades. El líder azteca le aseguraba que todo lo que su pueblo sabía sobre
este metal procedía de los toltecas, un pueblo que había existido varios siglos
antes y que había desaparecido. Al preguntar de dónde lo habían aprendido los
toltecas, la respuesta era simplemente, de los dioses.
La arqueología no
ha podido encontrar, efectivamente, evidencias de una actividad minera
importante entre los aztecas o los mayas, otros descendientes de los toltecas.
Sí, tal y como se desprende de las crónicas de los conquistadores, de una
actividad que se desarrollaba junto a los ríos, y que es similar a las
prácticas que se desarrollaban en el lejano oeste durante la fiebre del oro.
¿Cómo explicaban
los americanos nativos el origen del oro?
Al parecer, según
sus leyendas, eran restos de sus excreciones, de sus lágrimas arrojadas a la
tierra. Ellos se afanaban en recogerlas para elaborar objetos que después
dedicaban a los dioses. De alguna forma, les devolvían lo que era suyo.
Sin embargo,
según algunos investigadores las cantidades de oro que salieron de América
hacia el Viejo Continente no cuadran con lo que se entiende por una recogida
marginal de oro en las riberas de los ríos. Hay quien apunta a que los conquistadores
nunca llegaron a conocer un secreto que estaría detrás del oro que aquellos
pueblos manejaban.
El origen del
conocimiento de la minería por parte de estos pueblos sigue siendo un enigma,
como lo es El Dorado. ¿Alguna vez llegará a conocerse?
Quizá en los
toltecas, y en su misterioso origen, pueda hallarse la respuesta.
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