El diluvio es probablemente el mito más popular de la
Antigüedad. Encontramos referencias a él en textos sagrados sumerios, indios,
chinos o nativos americanos, además de la archiconocida de la Biblia, y la
menos famosa del Corán.
El Diluvio Universal es un mito que aparece en textos sagrados de todas las culturas. ¿Podría ser que hubiera en él algún atisbo de realidad? |
Para muchos investigadores, tanta insistencia de los
cronistas del pasado no es más que la prueba de que algo similar a las leyendas
pudo ocurrir en realidad. Algún fenómeno extraordinario, fuera una lluvia
interminable, o la subida del nivel de las aguas, que cambió la Historia para
siempre.
La clave, según las últimas teorías, podría hallarse en
torno al mar Negro.
Un mar que en el pasado fue un enorme lago de agua dulce,
sobre cuyas orillas podría haberse asentado la primera civilización occidental.
En Bulgaria, los arqueólogos han encontrado evidencias de
una civilización avanzada que podría remontarse a los 7.000 años de antigüedad.
Se han hallado restos de poblados y numerosas construcciones; figurillas de oro
y otros metales, cuyas medidas hacen sospechar que quienes las fabricaron manejaban
con soltura la geometría y las matemáticas.
La crecida del agua, o algún fenómeno atmosférico
desconocido parcialmente por la ciencia actual, pudo haber sepultado esta
cultura para siempre.
Hay científicos que creen que algún episodio de lluvia desaforada, similar
a la que narran las sagradas escrituras (aunque evidentemente no tan copiosa)
pudo haberse dado en algún momento del pasado. Encuentran evidencias en algunas
rocas encontradas, precisamente, en cuevas del entorno del mar Negro.
Otros apuntan al deshielo tras la glaciación, y la
consecuente subida de las aguas…
¿Podría encontrarse en las orillas del mar Negro la clave para desentrañar el misterio del mito del diluvio? |
Sea lo que sea, parece razonable que un desastre de aquella
magnitud fuera capaz de arrasar gran parte de lo que hasta entonces hubiera
construido. Los que lo vivieran, seguro, lo habrían hecho pasar de padres a
hijos, adherido con fuerza a la tradición oral.
Como con la Atlántida, los miembros de la diáspora de
aquella civilización arrasada por el desastre, recordarían para siempre aquel
fenómeno tan tremendo.
¿No es posible, a tenor de todo esto, que las orillas de aquel lago gigantesco
fueran el Jardín del Edén de las Sagradas Escrituras? ¿Podría estar allí, entre aquellos hallazgos maravillosos, la
clave de la tan manoseada Edad de Oro?
Lo que sea, nos hace querer estar atentos a lo que allí
suceda de aquí en adelante…
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