Posiblemente no la conozcan, pero se trata de toda una institución en el mundo anglosajón, y especialmente en su tierra natal, en Irlanda.
Es lo que hoy en día podríamos llamar una mujer empoderada; una mujer libre, independiente, que gracias a su talento –a su discutido talento–, logró sobreponerse a la difícil y poco prometedora existencia que el destino le tenía preparada.
Biddy Early (1798 – 1872) |
Biddy Early nacía a
finales del siglo XVIII en una Irlanda asolada por el hambre y las
penurias. De muy pequeña quedaba huérfana; pasaba la mayor parte de su infancia
en un centro de caridad, donde pronto se haría conocida por su tendencia a hablar con la
“gente pequeña”, o Good People,
como se conoce en el mundo anglosajón a los seres intermedios, dáimones, de
carácter escurridizo e invisible, que aquí denominados duendes, hadas, o más
ampliamente, seres feéricos.
Su gran carácter
quedaba retratado perfectamente en detalles como su negativa, a lo largo de
toda su vida, a llevar el nombre de ningún hombre, ni siquiera el de su padre.
Su apellido, Early, era el de su madre, la que según ella le había transmitido
toda esa sabiduría ancestral que pronto la haría famosa en todo el país.
Dominaba el manejo de
plantas curativas; dicen que solía despertarse muy temprano para ir en su
búsqueda y aprovechar el poder mágico del rocío de la mañana. Aunque como
muchos en su tiempo no sabía ni leer ni escribir, todos coincidían en reconocer
en ella a una mente brillantísima, inteligente, que además de proporcionar buenos
consejos a quienes acudían a su casa en busca de remedios –contra algún mal de
cualquier tipo, o alguna enfermedad– era capaz de predecir el futuro.
Su herramienta de
adivinación era una extraña botella con un líquido azul en su interior que, a
decir de la leyenda, le había sido otorgado por uno de sus hijos tras la muerte
de aquel; una herramienta procedente del otro lado que, como una bola de cristal, le permitía ver las cosas del pasado, del presente y del futuro.
Como es natural, una
mujer como ella no podía andar por la vida sin enemigos.
Tuvo muchos.
Entre ellos, la gente
poderosa del condado, como algunos terratenientes –aunque muchos de ellos
también acudían a su consulta en busca de ciertos remedios– o la Iglesia.
La última parte de su
vida estuvo muy marcada por el enfrentamiento contra las autoridades
religiosas; se cuenta que los sacerdotes lanzaban acusaciones de todo tipo
contra ella, que amenazaban a los feligreses que seguían recurriendo a Early
por lo que consideraban prácticas brujeriles.
La fama y el éxito de Biddy Early obligaron a las autoridades del condado de Clare a desempolvar viejas leyes contra la brujería para acabar con ella... |
Algo, en parte, debía
tener también que ver la vida libre, sin ataduras ni complejos, que llevaba aquella mujer.
Contrajo hasta cuatro
matrimonios, el último cuando tenía setenta años, con un joven de veinte.
Todos, decían, habían muerto misteriosamente a su lado, en condiciones
extrañas.
Early no tenía miedo a
las habladurías y bebía con generosidad; celebraba grandes fiestas en su casa
de campo y, como una especie de reto, de burla contra sus enemigos –¿tal vez había en ellos alguna clase de rebeldía, de espíritu antisistema?– jamás aceptó dinero por
sus trabajos, solo productos del campo, lo que sus clientes, las gentes que
acudían a ella, podían ofrecerle a cambio, como posiblemente habían estado
haciendo las mujeres sabias, las curanderas tradicionales, que le habían precedido siglos atrás en aquella función…
En 1865, las
autoridades hicieron desempolvar una vieja ley contra la brujería que llevaba
inactiva desde hacía siglos. Se organizó un juicio contra ella, pero ante la
falta de pruebas, y de testimonios en su contra –nadie, ningún habitante del
condado, quiso hablar ante el tribunal– fue absuelta.
Lo curioso es que antes de morir pareció tener un acceso de arrepentimiento y pidió que un sacerdote le administrara los últimos sacramentos. Dicen que un gran número de representantes de la iglesia católica acudieron a oficiar su entierro, como una muestra de respeto, aunque esto, como muchas otras cosas que se cuentan de ella, podría no ser más que una nueva leyenda, algo sin fundamento.
El caso es que Early, como decíamos al principio, es toda una institución en Irlanda y en todo el mundo anglosajón. Como prueba de ello, el gran número de turistas que se acercan cada año a visitar su casita de campo en el condado de Clare –hoy el ruinas–, o el nombre que en su honor se le puso a un tipo de semilla de la planta del cannabis, a decir de los entendidos, una de las mejores que existen...
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