lunes, 22 de marzo de 2021

BIDDY EARLY, LA ÚLTIMA BRUJA DE IRLANDA

Posiblemente no la conozcan, pero se trata de toda una institución en el mundo anglosajón, y especialmente en su tierra natal, en Irlanda.

Es lo que hoy en día podríamos llamar una mujer empoderada; una mujer libre, independiente, que gracias a su talento –a su discutido talento–, logró sobreponerse a la difícil y poco prometedora existencia que el destino le tenía preparada.


Biddy Early (1798 – 1872)


Biddy Early nacía a finales del siglo XVIII en una Irlanda asolada por el hambre y las penurias. De muy pequeña quedaba huérfana; pasaba la mayor parte de su infancia en un centro de caridad, donde pronto se haría conocida por su tendencia a hablar con la “gente pequeña”, o Good People, como se conoce en el mundo anglosajón a los seres intermedios, dáimones, de carácter escurridizo e invisible, que aquí denominados duendes, hadas, o más ampliamente, seres feéricos.

Su gran carácter quedaba retratado perfectamente en detalles como su negativa, a lo largo de toda su vida, a llevar el nombre de ningún hombre, ni siquiera el de su padre. Su apellido, Early, era el de su madre, la que según ella le había transmitido toda esa sabiduría ancestral que pronto la haría famosa en todo el país.

Dominaba el manejo de plantas curativas; dicen que solía despertarse muy temprano para ir en su búsqueda y aprovechar el poder mágico del rocío de la mañana. Aunque como muchos en su tiempo no sabía ni leer ni escribir, todos coincidían en reconocer en ella a una mente brillantísima, inteligente, que además de proporcionar buenos consejos a quienes acudían a su casa en busca de remedios –contra algún mal de cualquier tipo, o alguna enfermedad– era capaz de predecir el futuro.

Su herramienta de adivinación era una extraña botella con un líquido azul en su interior que, a decir de la leyenda, le había sido otorgado por uno de sus hijos tras la muerte de aquel; una herramienta procedente del otro lado que, como una bola de cristal, le permitía ver las cosas del pasado, del presente y del futuro.

Como es natural, una mujer como ella no podía andar por la vida sin enemigos.

Tuvo muchos.

Entre ellos, la gente poderosa del condado, como algunos terratenientes –aunque muchos de ellos también acudían a su consulta en busca de ciertos remedios– o la Iglesia.

La última parte de su vida estuvo muy marcada por el enfrentamiento contra las autoridades religiosas; se cuenta que los sacerdotes lanzaban acusaciones de todo tipo contra ella, que amenazaban a los feligreses que seguían recurriendo a Early por lo que consideraban prácticas brujeriles.


La fama y el éxito de Biddy Early obligaron a las autoridades del condado
de Clare a desempolvar viejas leyes contra la brujería para acabar con ella...



Algo, en parte, debía tener también que ver la vida libre, sin ataduras ni complejos, que llevaba aquella mujer.

Contrajo hasta cuatro matrimonios, el último cuando tenía setenta años, con un joven de veinte. Todos, decían, habían muerto misteriosamente a su lado, en condiciones extrañas.

Early no tenía miedo a las habladurías y bebía con generosidad; celebraba grandes fiestas en su casa de campo y, como una especie de reto, de burla contra sus enemigos –¿tal vez había en ellos alguna clase de rebeldía, de espíritu antisistema?– jamás aceptó dinero por sus trabajos, solo productos del campo, lo que sus clientes, las gentes que acudían a ella, podían ofrecerle a cambio, como posiblemente habían estado haciendo las mujeres sabias, las curanderas tradicionales, que le habían precedido siglos atrás en aquella función…

En 1865, las autoridades hicieron desempolvar una vieja ley contra la brujería que llevaba inactiva desde hacía siglos. Se organizó un juicio contra ella, pero ante la falta de pruebas, y de testimonios en su contra –nadie, ningún habitante del condado, quiso hablar ante el tribunal– fue absuelta.


La casa de Biddy Early tras la restauración a la que fue sometida en los años setenta. Hoy,
la casa se encuentra en ruinas, aunque eso no impide que muchos aficionados al ocultismo y 
el folklore acudan a visitarla...


Lo curioso es que antes de morir pareció tener un acceso de arrepentimiento y pidió que un sacerdote le administrara los últimos sacramentos. Dicen que un gran número de representantes de la iglesia católica acudieron a oficiar su entierro, como una muestra de respeto, aunque esto, como muchas otras cosas que se cuentan de ella, podría no ser más que una nueva leyenda, algo sin fundamento.

El caso es que Early, como decíamos al principio, es toda una institución en Irlanda y en todo el mundo anglosajón. Como prueba de ello, el gran número de turistas que se acercan cada año a visitar su casita de campo en el condado de Clare –hoy el ruinas–, o el nombre que en su honor se le puso a un tipo de semilla de la planta del cannabis, a decir de los entendidos, una de las mejores que existen...


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