Madrid
descansa en mitad de la meseta, a los pies de la sierra de Guadarrama, en un
cruce de caminos a orillas del Manzanares.
Es,
sobre todo por historia, una de las grandes ciudades del mundo.
En ella
viven tres millones de personas; tres millones que cada día patean sus calles y
sufren los rigores de sus inviernos y veranos secos, en medio de los
padecimientos y felicidades que depara la vida moderna.
Una
ciudad populosa que, sin embargo, también oculta sus secretos y leyendas.
Madrid es, además de muchas otras cosas más, una ciudad llena de leyendas, misterios y rincones ocultos... |
Quizá la
más famosa sea la del Palacio de Linares. Un palacio situado en plena plaza de
Cibeles, y que fue construido hacia 1900 por el marqués del mismo nombre. Según
cuentan, sus pasillos y salones fueron testigos de la trágica historia de una
niña, Raimundita, que fue asesinada al nacer por quienes desaprobaban las
relaciones entre sus progenitores José de Murga, marqués de Linares, y Raimunda
de Osorio, una joven de extracción humilde que habría resultado ser hermanastra
del primero. Es hacia los años noventa, concretamente en 1990, cuando el
fantasma de la pequeña comienza a hacerse popular entre quienes trabajan en el
palacio, actualmente Casa de América. Obreros y vigilantes de seguridad aseguraban
entonces haber escuchado a una niña que les susurraba cosas en medio de la
noche, además de reconocer movimiento de sombras, objetos que cambiaban una y
otra vez de posición, y luces que, a lo largo del servicio, se encendían y se
apagaban sin que nadie hubiera por allí más que ellos.
Fue en una finca próxima a Madrid, la conocida como Quinta del Sordo, donde Goya realizó sus siniestras y misteriosas pinturas negras. |
También
relacionada con un edificio está la leyenda de la casa de las siete chimeneas.
Es, como en el caso del palacio de Linares, un edificio antiguo, en este caso,
levantado en el siglo XVI. Dicen que por Juan de Herrera, el arquitecto de El
Escorial, aunque todavía hoy es muy discutido. Se habla de fantasmas que vagan
por su tejado, pertenecientes a mujeres jóvenes que fallecieron en el edificio
en extrañas circunstancias, alguna de ellas incluso se comenta que fue amante
de Felipe II, el rey que quiso ser un rey Salomón moderno…
Paseando
por el centro nos encontramos con la plaza Mayor, y los fantasmas –dicen– de
los cientos de personas que fueron ajusticiadas en su solar, o de los que lo
fueron –también– en la plaza de la Paja, hoy tan concurrida de bares y terrazas
y gente despreocupada del mundo invisible y trágico que les rodea.
No
debemos olvidarnos del Monasterio de la Encarnación, y el milagro de la sangre
de San Pantaleón. Tampoco del Museo del Prado y de los enigmas de El Bosco, la
pintura alucinada de El Greco, y las pinturas negras de Goya. Un Goya cuya
mítica vivienda, la Quinta del Sordo, se encontró en su momento muy cerca del
centro de la capital, y que a decir de sus contemporáneos fue un lugar
misterioso, donde se rumoreaba que ocurrían todo tipo de cosas extrañas.
Y así,
si seguimos escarbando, encontraremos muchas más. Se nos ocurre de pronto la
existencia de esa enigmática estatua dedicada al Ángel Caído, Lucifer, situada
en pleno parque del Retiro, y que dicen que es la única en su género del mundo.
Por no hablar de los alrededores e irnos a las proximidades de la ciudad, hacia
el El Escorial antes mencionado, la cervantina Alcalá de Henares o el Aranjuez de
los jardines masónicos, por poner unos cuantos ejemplos.
Suerte,
¡ay!, la de los que tienen cerca todas esas maravillas, y pueden, de vez en
cuando, pasear en una noche cálida de verano por ese Madrid de los Austrias
donde en cada callejón, en cada callejuela, parece estar a punto de saltarnos
encima algún espadachín perdido en una dimensión equivocada…
Buena entrada! Las historias son las típicas de siempre, pero para quién no las conozca aquí se entera de ellas. Jeje me ha hecho gracia lo del espadachin, y además es muy cierto.
ResponderEliminar