¿Existen verdaderamente los fantasmas?
La ciencia no ha podido certificarlo aún, aunque generaciones de humanos
relatando miles, millones de experiencias, no deberían equivocarse.
¿Existen verdaderamente los fantasmas? |
Spielberg (y la industria de Hollywood), si algo saben hacer, es tocar la
fibra del público, lo más recóndito del alma, de lo primigenio que llevamos
dentro, para sacarse un dineral.
Poltergeist (1982) es un claro ejemplo.
Es esta una de esas películas que sobreviven a su estreno. Un mito, un
ejemplo canónico que se repetirá muchas veces después.
¿Quién no ha oído hablar de los problemas con espectros que tuvieron sus
creadores durante el rodaje? ¿Quién no ha escuchado relatos sobre lo que
padecieron quienes trabajaron en ella? Muertes, enfermedades, contratiempos…
Realidad o ficción (en opinión de muchos, leyendas urbanas o pura propaganda),
hay que reconocer que funciona.
Es una buena historia, ante todo, que hay que saber apreciar en su
contexto.
Las frases de la niña (una suerte de niña de los ojos rojos reconvertida),
la leyenda del cementerio indio, los efectos especiales, aquella terrorífica
televisión en gris, haciéndonos temblar, son parte del imaginario colectivo. Aunque
la hayamos visto mil veces, sigue sin dejarnos indiferente. Quienes crecimos
con ella, tenemos difícil entrar a una nueva casa sin pensar qué puede haber
todavía en ella de indeseable, de residuos paranormales…
Hay que verla, claro, y pensar. Pensar que el infinito de esta realidad
nuestra no sólo se extiende hacia fuera, hacia las estrellas, sino que también
penetra hacia dentro, y nuestra mente (quizá lo más enigmático de todo lo que
somos) encierra también galaxias, universos, que desconocemos.
Los fantasmas podrían ser una invención suya, por qué no. Pero también otra
cosa que, desde luego, sea cual sea su naturaleza, no controlamos…
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