Dice
el maestro García Atienza, al hablar del símbolo mágico de la mano, que sus más
antiguas representaciones deben buscarse en las cuevas prehistóricas. Él habla
de las cuevas cántabras, en particular de la del monte Castillo, en la que
decenas de manos han sido plasmadas en las paredes del lugar como,
posiblemente, un último resto de los ritos de iniciación que se celebraron allí
en tiempos remotos.
La mano de Fátima, o Jamsa, uno de los talismanes más antiguos y misteriosos de la Tierra... |
Su
simbología, la de la mano, es algo que se evidencia fundamentalmente a través
del número cinco. Los cinco dedos en que se divide suponen una buena
representación de las cinco extremidades del ser humano ‒cabeza, brazos y
piernas‒ y, por tanto, la convierten en un símbolo excepcional del propio ser
humano.
De
ahí, concluye García Atienza, que se haya querido buscar en la mano esa ventana
hacia el otro lado, algo parecido a lo que ocurre con el ojo, que comparte,
para los antiguos egipcios, un mismo protagonismo en este sentido.
La
Quiromancia, por tanto ‒el arte de leer las manos‒ sería una evolución lógica
de esta lectura, de esta forma de interpretar el símbolo.
Otra
sería la de su uso como talismán.
La
mano ‒ya decíamos que comparte algunas características con el ojo‒ puede
servir, y sirve, para ciertos pueblos, como herramienta para alejar
maldiciones.
Entre
los judíos, y los musulmanes ‒posiblemente a través de una de sus raíces
comunes, los cartagineses‒ la mano ha terminado convirtiéndose en uno de los
talismanes más poderosos y extendidos.
Hablamos
de la Jamsa, o «mano de Fátima».
Jamsa
viene a significar los mismo en hebreo y en árabe: una directa alusión al
número cinco.
La mano ha sido un símbolo utilizado por el hombre desde antiguo, posiblemente con una utilidad mágica, trascendente... |
Su
origen, como el de las manos antes aludidas de las cuevas de Cantabria, se
pierde en el origen de los tiempos y se rastrea ‒como cualquier símbolo
primordial‒ en todas las culturas de la Antigüedad.
El
que entre los musulmanes se le conozca como «mano de Fátima» es el resultado de un
intento de conciliar las tradiciones antiquísimas de los pueblos del norte de
África con la religión islámica. Fátima fue una de las hijas del Profeta; cada
uno de los cinco dedos de esa mano, uno de los mandamientos básicos de la
Revelación.
Pero
es que Fátima, además, es la fundadora, junto a su marido Alí, de esa corriente
alternativa y heterodoxa dentro del Islam conocida como los «fatimíes».
Más
que fundadora, digamos que inspiradora, a través de todos aquellos predicadores
del s. IX surgidos en Argelia, y cuyo propósito, en lo político, era acabar con
el califato abasí.
García
Atienza atribuye a estos fatimitas una vinculación con lo esotérico y la
creación, por ejemplo, de órdenes iniciáticas dentro del islam que con
posterioridad, avanzada la Edad Media, acabarían inspirando a los mismísimos
templarios.
¿Fueron los templarios herederos del saber de los misteriosos y enigmáticos caballeros fatimíes, iniciados en el sufismo y en los saberes herméticos islámicos? |
De
origen fatimí habrían sido muchas de esas fortalezas que con el tiempo pasarían
a manos de los caballeros templarios; fortalezas ubicadas en lugares
especiales, mágicos, de poder, como, sin duda ‒y de nuevo citamos al maestro‒
tuvo que ser el que se situaba próximo a la cueva-santuario que terminaría
siendo uno de los lugares de peregrinación más importantes del siglos XX, el
del paraje de Fátima, en Portugal…
¿De qué estamos hablando, pues, sino de uno de los símbolos más profundos y misteriosos de los que ha manejado el hombre a lo largo de la historia?Como dice Fulcanelli en El misterio de las catedrales: "No hay, aquí abajo, casualidad, ni coincidencia, ni relación fortuita..."
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