Cuenta
la leyenda que cuando los primeros españoles comenzaron a explorar la cordillera
de Santa Lucía ‒situada en la parte central del estado de California, en
EE.UU., entre la ciudad de Carmel, en el sur, y el condado de San Luis Obispo‒ muchos
de ellos aseguraron sentirse vigilados por lo que describían como «misteriosas
sombras inmóviles apostadas en la lejanía».
Según la leyenda, los primeros exploradores españoles se refirieron al fenómeno como "Los vigilantes oscuros"... |
Se
trataba, al parecer, de oscuras figuras de tipo fantasmal que aparecían en la
distancia en determinados momentos del día ‒principalmente al amanecer, o hacia
el final de la tarde‒ y que parecían vigilar cada paso que daban los
exploradores a lo largo de los solitarios caminos, los estrechos senderos al
borde de las montañas, o los profundos cañones que se forman de manera habitual
por la erosión y el agua de los ríos a lo largo de aquella extensa cordillera.
Como
en otros muchos misterios y enigmas del continente americano, los
investigadores han tratado de encontrar referencias sobre aquel fenómeno en la
mitología de los pueblos nativos de la zona, al parecer sin demasiado éxito.
La
leyenda, sin embargo, se ha mantenido a lo largo del tiempo, y de los primeros
exploradores españoles fue pasando a los misioneros, los colonos anglosajones,
los buscadores de oro, cazadores y tramperos, hasta llegar a nuestros días,
donde ha pasado a convertirse en un fenómeno bastante sólido e importante del
folklore local.
Los
testigos, que son numerosos, describen el fenómeno siempre y sin ninguna
variación importante de la misma manera. Aquellas sombras, aquellas figuras
erguidas al final del camino, sobre riscos o a la orilla de los ríos, siempre
se presentan en la lejanía, y se las ingenian para desaparecer antes de que el
testigo haya tenido ocasión de poderse acercar a ellos para verlos en detalle.
Parece
ser un fenómeno habitual entre cazadores y pescadores de la zona del valle de
Salinas; también entre excursionistas y senderistas, muy habituales en todas
las épocas del año en esta zona agreste y de gran belleza natural.
¿Podría estar el fenómeno natural conocido como «Expectro de Brocken» detrásdel fenómeno de Los vigilantes oscuros? |
No
parecen ser violentos, ni tener ningún tipo de malas intenciones respecto a los
testigos, y eso ha llevado a ciertos autores a relacionarlos con el fenómeno de
los ángeles de la guarda.
Desde
el punto de vista escéptico, se los relaciona con fenómenos naturales ‒alucinaciones‒,
que podrían producirse por la combinación de ciertos efectos combinados de luz
y una atmósfera determinada. Hay quien lo vincula al conocido «Espectro de
Brocken» ‒conocido, queremos decir, entre montañeros y científicos‒, que no es
más que un efecto engañoso de la vista que lleva a proyectar nuestra propia
sombra a varios metros de distancia, y que se produce en ambientes cargados de
niebla, sobre todo en zonas de montaña.
Este
efecto podría estar detrás de otros fenómenos similares, de corte forteano, que
también se producen en zonas de montaña y habituales nieblas, como el conocido
como «Gran Hombre Gris» de Ben McDhui, una famosa ‒y presuntamente encantada‒
montaña escocesa…
Sea
como sea, el fenómeno ha conseguido traspasar la frontera del tiempo y, como
decíamos, establecerse en las leyendas populares de esta zona de Estados
Unidos.
El novelista norteamericano John Steinbeck hace una mención al fenómeno en su colección de relatos recogida bajo el título The Long Valley |
Muchos
escritores y poetas californianos, como el genial John Steinbeck, se han
servido del fenómeno como fuente de inspiración; Steinbeck en concreto lo
incluye como tema en uno de los relatos recogidos en su obra The Long Valley;
su hijo, Thomas Steinbeck, también escritor, publicó en su día un libro en el
que analiza a fondo el fenómeno y lo aborda con seriedad, incluyendo numerosos
testimonios de gente de la zona. Su título es In Search of the Dark Watchers
(en castellano, En busca de los Vigilantes Oscuros), y está editado por su co
autor, el artista visual Benjamin Brode.
No hay comentarios:
Publicar un comentario