martes, 23 de junio de 2020

3:00 AM: LA HORA MALDITA

Es de suponer que, como a cualquiera, les habrá ocurrido alguna vez despertarse de noche, de repente, en mitad de algún sueño. Estamos seguros de que alguna que otra vez esa hora habrá coincidido con las tres de la madrugada; una hora casual, como cualquier otra, que sin embargo ‒y a decir de una larga tradición que recorre múltiples culturas a lo largo de los tiempos‒ parece tener una significación oscura, demoníaca incluso, de corte extraño y paranormal…


Ciertos estudios coinciden en considerar esa hora como una hora mágica, particular, en varios sentidos. En Europa, ha estado relacionada siempre con la brujería, y los diferentes tratados ocultistas que abordaron el asunto situaban ese momento del día ‒o mejor dicho, de la noche‒ como una hora propicia para la actividad mágica; un momento ideal para realizar hechizos y encantamientos, con gran poder para potenciar sus efectos.
Es una hora con cierto significado diabólico, por ser la antítesis de la hora en la que, según las Sagradas Escrituras, se produjo la muerte de Cristo.
Según la Biblia, este momento tuvo lugar a las tres de la tarde; las tres de la mañana serían, por tanto, algo así como la cruz invertida: una de las formas en las que el Diablo se mofa y hace burla al cristianismo.
Esta lectura negativa, maligna, ha sido aprovechada por la fantasía moderna para la creación de leyendas urbanas y para inspirar algunas obras del género de terror bastante interesantes.

Cartel de "El carnaval de las tinieblas", película basada en la novela
de Ray Bradbury que en España se tradujo como "La feria de las tinieblas" y que aborda
en su trama aspectos de La hora maldita...
Es el caso de La feria de las tinieblas, de Ray Bradbury, que recoge en sus páginas la leyenda sobre las tres de la madrugada y su vinculación con el mal, con los fenómenos paranormales, y ciertas estadísticas que sitúan en esa hora un aumento de los accidentes de tráfico en los Estados Unidos, por ejemplo, o un aumento, también, en el número de muertes que se producen en los hospitales de aquel país en torno a ese fragmento de la noche.
En Internet, el fenómeno se hizo muy popular en el año 2017 a través de un reto que llamaba a los participantes a despertarse a las tres de la madrugada para capturar fenómenos paranormales con sus aparatos electrónicos.
Según la ciencia médica, la sugestión puede estar presente en la mayoría de los casos en los que se registran este tipo de anomalías en el silencio de la noche, la tranquilidad del cuarto ‒las típicas visitas de dormitorio, esas extrañas sombras que van y vienen al tiempo de despertarse uno inesperadamente‒ así como determinados shocks, o traumas psicológicos, o ser víctima de, por ejemplo, una profunda depresión.

La hora de las brujas: ¿mito, leyenda, superstición, o simplemente parte
del proceso de adaptación del organismo humano a la vida moderna...?

Hay un teoría muy interesante, vinculada a este fenómeno de las tres de la madrugada,  que pone en cuestión lo que se ha venido en llamar “el mito de las ocho horas de sueño”.
A decir del historiador Roger Ekirch, de la Universidad de Virginia, la costumbre de dormir de un tirón  durante toda la noche es algo bastante moderno que no se daba en la antigüedad.
Hasta el siglo XVIII, lo que la gente hacía era dormir un par de horas tras el crepúsculo, despertar durante otro periodo similar que se dedicaba a diversas tareas ‒como la actividad sexual, o la oración‒ para dormir de nuevo en un segundo periodo de sueñ,o que ya sí que se extendía hasta el amanecer.
En ese curioso descubrimiento, cree Ekirch, podría estar el origen del mito de las tres de la madrugada. Hay referencias a esta costumbre en la literatura ‒en el Quijote, por ejemplo, o en la obra de Dickens‒; en su pervivencia residual podría estar la solución a los problemas de insomnio; a la confluencia, en esa «hora maldita» de tantos y tantos fenómenos anómalos. Despertar a las tres de la madrugada sería, según esta hipótesis, algo así como un impulso natural de nuestro cuerpo que, tras miles de años de sueño en dos periodos, con esa especie de descanso en el medio, no ha terminado aún de acostumbrarse a la nueva modalidad, impuesta por la modernidad y las nuevas costumbres…
¿Son, por tanto, las leyendas vinculadas a este extraño fenómeno, producto de un desajuste natural del organismo a la vida moderna, o hay algo más, como creen los ocultistas; algo mágico y desconocido en esa misteriosa hora?
Recuérdenlo, si es que se atreven, la próxima vez que despierten a las tres de la madrugada...

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