La potente industria cultural de EE.UU. nos ha hecho conocer el medio oeste
americano como si de nuestra propia tierra se tratara. Nadie que viva en este
mundo occidental puede escapar de conocer vivamente su folklore, sus leyendas y
tradiciones, y de compartir –si es, como nosotros, aficionado al buen misterio–
el gusto por ciertos elementos característicos de sus historias de fantasmas.
Hablamos de pueblecitos situados en lo más profundo de aquellas llanuras
plagadas de sembrados; casas y granjas aisladas entre maizales, suaves colinas,
comunicadas por caminos solitarios y carreteras por las que apenas, de noche,
cruza algún despistado vehículo.
Es el escenario de las novelas de Stephen King, de los relatos de terror
adolescente que se forjaron en la década de los cincuenta, y que parecen cobrar
realidad en un punto situado entre los estados de Oklahoma, Missouri y Kansas.
Se trata del Triángulo de las Luces Misteriosas –libre traducción del
conocido allí como The Spooksville Triangle– , un lugar en el que durante casi
doscientos años llevan registrándose avistamientos de unas extrañas luces de
forma esférica que flotan por el aire, y cuyo origen no ha podido ser todavía
aclarado.
La más famosa de ellas es la que se aparece en un lugar conocido ya como el
Camino del Diablo, en Missouri, pero hay otras. En cuanto a las explicaciones,
los expertos siguen devanándose la cabeza tratando de hallarlas en fenómenos
naturales como el popular “gas de los pantanos” o el brillo de ciertos minerales
que puedan rodear las minas que son abundantes en esta zona. También se ha
hablado de fenómenos eléctricos o incluso que las luces podrían ser el efecto
de los movimientos de tierras, pero ninguna de estas teorías ha logrado aclarar
el misterio. Incluso el ejército, de la mano de su cuerpo de ingenieros,
estudió el fenómeno, y la única conclusión que halló fue que el fenómeno era,
como todos ya sabían, inexplicable.
El fenómeno natural conocido como "gas de los pantanos" ha sido una de las explicaciones al fenómeno de las luces fantasmales, aunque no explica del todo su extraño comportamiento y naturaleza |
Dicen los escépticos que todo podría estar originado en la confusión de los
testigos, y que las luces vistas a lo lejos –de algún coche, u otro vehículo–
justificaría el fenómeno. Pero quienes han presenciado la aparición de las
luces aseguran que aquello no es de este mundo. Que la luz se aparece a lo lejos
pero en pocos segundos se desplaza hasta ellos, y que al pasar a su lado
desprende cierto calor…
En Oklahoma se achaca el fenómeno al espíritu de una mujer que busca a su
hija perdida desde finales del s. XIX. En otros lugares se habla de leyendas
indias, OVNIS, y todo lo que tantísimas veces hemos leído en libros, o visto en
series, o películas en cine y televisión.
Si nos preguntan nuestra opinión, diremos lo que solemos decir siempre:
desde donde escribimos estas líneas, en plena mañana soleada y en la seguridad
de nuestra oficina, todo parece una patraña… pero no nos gustaría nada poner a
prueba esta idea en el lugar de los hechos, caminando bajo una noche fría, sin
luna, por esos caminos solitarios donde dicen que la luz, la luz fantasma,
surge de repente y sin avisar “como salida de la nada…”
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