Se ha hablado mucho sobre el origen del pueblo olmeca, y de la posibilidad
de que se tratara de un pueblo llegado de África. No hay duda de que los rasgos
africanos que uno percibe en los grandes colosos de piedra es lo que más llama
la atención cuando uno se acerca a esta cultura, pero no es el único misterio,
desde luego, que aún no ha sido resuelto.
Los investigadores siguen preguntándose cómo fueron capaces los olmecas de transportar las grandes rocas talladas hasta sus emplazamientos finales. |
Como en la isla de Pascua, nos encontramos en la cultura olmeca un gusto
por la talla de grandes rocas que han sido desplazadas varios kilómetros desde
su emplazamiento original. Como ocurre con los moáis, se sabe que los
constructores no disponían de herramientas de hierro u otros metales, y
tuvieron que realizar las tallas –se supone–, con instrumentos de piedra. Es
difícil imaginar una factura tan correcta como la que presentan los colosos
olmecas, empleando herramientas tan sencillas. El trabajo, dicen los
expertos, debería ser costoso y complicado. Las estatuas están muy bien hechas;
son todas diferentes, con rasgos diferenciados y muy muy expresivos. Componen,
junto a otras de menor tamaño una colección que delata a un pueblo muy sensible
y, desde luego, con mucha habilidad y mucho tiempo libre.
Los rostros y figuras tallados por los olmecas en roca, hueso, madera o jade sorprenden todos por su excelente factura y la expresividad que presentan, sobre todo, los rostros. |
Luego está el problema del transporte al que aludíamos antes. Las estatuas
fueron encontradas en un terreno pantanoso en el que es difícil hallar rocas
tan enormes. Según los investigadores, los olmecas trajeron hasta allí las
rocas procedentes de otros lugares. Cómo lo hicieron sigue siendo un misterio.
No se han encontrado en la zona vestigios arqueológicos que den alguna
explicación razonable. Ninguna herramienta, ningún vestigio del sistema de
transporte empleado. Hay quien habla de raíles hechos con troncos; de
transporte por agua, a través de balsas.
La respuesta sigue en el aire, igual que en la isla de Pascua.
Poco más que lo que sugieren los rostros que representan las estatuas. Eso
y algunas curiosidades más, como el hallazgo de varias estatuillas de madera,
hueso y jade, junto a cuerpos de bebés no natos o recién nacidos, que según
algunos supondrían la primera evidencia de sacrificios humanos en el continente
americano. ¿La evidencia, también, de que aquél pueblo misterioso es el que da
origen a otras grandes civilizaciones del continente?
La arqueología tiene aún mucho trabajo por delante…
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