En
el año 1947, el inglés Karyl Robin Evans llamaba la atención de la comunidad
científica al descubrir, en una región remota del suroeste de China, una gran
concentración de personas de talla reducida que parecían querer desafiar la
media de esta anomalía, que se sitúa, todavía hoy, en uno por cada 20.000
habitantes del planeta.
Él hablaba
de un pequeño valle montañoso en la región de Sichuan; el fenómeno, que en un
principio no pasaba de ser para él y para sus colegas una simple curiosidad de
viajero, sin importancia, se convertía en toda una sensación internacional al
descubrir el propio Evans, durante sus investigaciones, que aquella
concentración anormal de personas con enanismo se reducía a una sola localidad,
de nombre Yangsi.
Durante
años, las investigaciones científicas se centraron en tratar de hallar una
explicación del fenómeno en el entorno; rápidamente se descartó que pudiera
estar relacionado con alguna toxina en el agua, por ejemplo, o algún componente
en el suelo; nada que se pudiera medir o detectar con las herramientas de que
los científicos disponían parecía estar detrás de aquella anomalía ‒que sin embargo
era muy evidente‒, y el intento de hallar una explicación razonable quedó
frustrado y se abandonó con el tiempo.
Para
la población, que sigue registrando unos niveles muy elevados de esta afección,
existen diversas explicaciones. Hay quienes refieren una extraña enfermedad que
surgió de repente hace décadas ‒antes de los años en que la comunidad
científica descubrió el fenómeno‒; se acusa al mal Feng Shui de la zona ‒ciertos
desajustes paisajísticos, según una tradición esotérica local‒, y hasta a un
mal enterramiento de ciertos antepasados que habría llevado a provocar estos
males en las generaciones posteriores, que se suma a otros rumores sobre
maldiciones provocadas, en esta ocasión, por el sacrificio inadecuado de una
tortuga negra que pasó cierto día por allí. Hay rumores, claro, de gases
tóxicos esparcidos por los japoneses a principios de siglo ‒aunque los
japoneses nunca estuvieron por allí‒, y experimentos secretos, conspiraciones
de todo tipo, que el gobierno chino no invita a abandonar por el secretismo y
las prohibiciones con las que ha rodeado este fenómeno durante décadas. De
hecho, aunque nunca se negó la existencia del fenómeno, durante años se ha
estado prohibiendo la visita de extranjeros a Yangsi, sin que se haya explicado
nunca el porqué…
Actualmente,
de las 80 personas que habitan la localidad, cerca de 40 padecen enanismo. El
extraño fenómeno, que había sido considerado hereditario por las autoridades
científicas parece haberse detenido en la tercera generación, y muchos
habitantes de Yangsi con familiares y antepasados con esta anomalía empiezan a
nacer con estaturas normales. El fenómeno, por tanto, muta o se hace
escurridizo; desafía sus propias reglas y juguetea, de algún modo, con el
observador…
Es,
desde luego, un fenómeno asombroso, inquietante; lleno de interrogantes.
Durante la preparación de este artículo, además, nos topábamos con otro fenómeno
cuya conexión con aquel no hemos podido establecer claramente pero que parece extrañamente
ligado a él, al menos en lo que refiere a los logaritmos de los buscadores de
Internet. Es el del extraño parque temático llamado “El reino de los enanos”, y
que ha sido objeto de gran controversia en China y en otras partes del mundo
por mostrar a las personas de talla reducida como objeto de exhibición, como freaks cuya anomalía puede formar parte
de un espectáculo. Está situado a unos mil kilómetros de Yangsi, y en él, cientos de personas de talla pequeña aparecen disfrazados
y caracterizados como hobbits, o como gnomos, en lo que algunos han tachado de verdadero zoo humano y otros, sus defensores ‒los del parque‒ consideran una oportunidad
laboral para personas que de otro modo ‒defienden ellos‒ quedarían fuera del
mercado laboral en aquel país…
¿Qué les parece a ustedes? ¿Creen que podría tener algo que ver con esa prohibición de décadas por parte del gobierno chino en relación a Yangsi, o es una simple casualidad?
Nosotros, que tenemos muy entrenado eso de la "conspiranoia", no nos vamos a asustar de nada, ya saben: la realidad supera frecuentemente a la ficción...
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