David Icke es un periodista/presentador de televisión británico, que un día
decidió convertirse en profeta. Anunció al mundo ser un elegido de Dios,
durante una entrevista, y comenzó a publicar libros y dar conferencias para
explicar su "nueva" teoría en torno a cómo se rige el mundo.
¿Quién es realmente David Icke, el moderno divulgador de la extraña teoría de los reptilianos? |
Es un conspiranoico, dicen algunos; un líder oculto de la extrema derecha,
dicen otros.
Lo único que se sabe a ciencia cierta sobre él es que debe de tener una
cuenta corriente muy abultada, a tenor de los precios que cobra por persona en
sus charlas.
Resulta difícil saber qué pasa por la mente de sujetos como Icke, que dan
cuenta, con pasmosa lucidez, de teorías tan extrañas como la de los
reptilianos.
Su idea es que nos gobiernan seres de otros planetas –esto no es nada
nuevo–, asegurando que personajes como la reina de Inglaterra, o algunos
mandamases del gobierno de EE.UU., por ejemplo, son miembros de esa raza
emparentada con los lagartos.
Y habla de los Illuminati, y del Nuevo
Orden Mundial, y de teorías de la conspiración que, sin ir tan lejos en la
galaxia, tienen un punto de verdad inquietante.
¿Quién puede resistirse a no pensar en un
gobierno mundial en la sombra, que controla los procesos que se llevan a cabo
en lugares como África, o Sudamérica? ¿Quién es capaz de decir que lo de Irak fue, como dijeron algunos líderes sin moral, un simple error, un fallo de los
servicios secretos a la hora de calibrar el peligro de aquel país, “casualmente”
uno de los mayores productores de petróleo, como Nigeria?
Otra cosa, decimos, es que los que cometen
estas fechorías, y buscan la esclavitud de la Humanidad –véanse las reformas
labores llevadas a cabo en España, por poner un ejemplo– tengan un ADN
modificado, en el pasado remoto, por seres llegados de otros mundos.
¿Está el Nuevo Orden Mundial detrás de la tarea divulgadora de Icke, o es sólo un invento, como dicen algunos, de locos de extrema derecha empachados de New Age? |
Icke, puede ser, como dicen algunos, un
desinformador. Mosquea mucho cuando locos o farsantes de toda índole reciben el
apoyo de los grandes grupos de comunicación, editoriales y demás. Mosquea que
reciban tanta atención de los medios, esos medios que, sin pudor alguno, callan
otras cosas más relevantes, pero más peligrosas para ese “Nuevo Orden”, que con
tanta intensidad desprestigian constantemente.
Puede que no sea más que un loco, un
aficionado a la ciencia ficción que ha ido un poco más lejos.
Sólo esperemos que –como sospechamos
frecuentemente–, su presencia en las conciencias no anule el deseo de
informarse, reflexionar y actuar, y sus barbaridades –creemos que, en general,
lo son– muevan algo más que la fe en sus palabras de quienes le siguen fervorosamente, o la simple carcajada de sus detractores.
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