Uno
de los lugares más controvertidos a nivel arqueológico y del misterio de todo
Estados Unidos se encuentra a las afueras de Salem, New Hampshire, en un
terreno agreste conocido desde mediados de los años cincuenta como El
Stonehenge americano.
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Las extrañas construcciones en roca recuerdan mucho por su aspecto a los legendarios monumentos megalíticos de Europa, Asia y África... |
Se
trata de una serie de extrañas construcciones en piedra de aspecto megalítico cuyo
origen no termina de poner de acuerdo a los investigadores, y que lleva cerca
de un siglo provocando todo tipo de debates y discusiones más o menos amargas.
Para
algunos, se trata de un monumento erigido por pueblos de constructores
megalíticos que habitaron la zona en tiempos pretéritos (se especula con unos
4.000 años), que, al igual que sus coetáneos europeos, lo habrían diseñado con
algún propósito astronómico. Para otros, el lugar es la muestra del paso por
América antes de Colón de vikingos, grupos de monjes irlandeses, fenicios e incluso íberos,
o simplemente los restos de alguna construcción realizada por granjeros en el
s. XIX.
Como
sea, nadie ha sido capaz de dar una explicación satisfactoria. Quienes
defienden la antigüedad de milenios de las construcciones tienen a favor diversas
pruebas de Carbono 14, la evidencia de que en la zona hubo presencia humana
varios milenios atrás, y las técnicas que, a decir de los expertos, fueron
usadas para tallar la piedra. Menos consistencia parecen tener las hipótesis
que defienden que el monumento es en realidad una suerte de lugar de culto
erigido por monjes irlandeses que llegaron al lugar en la Edad Media, o
aquellas otras que creen ver en algunas
inscripciones halladas en el lugar la muestra de visitas por parte de civilizaciones del medio oriente como los fenicios.
inscripciones halladas en el lugar la muestra de visitas por parte de civilizaciones del medio oriente como los fenicios.
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Hacia mediados de los setenta, el lugar servía de inspiración, entre otros, para la redacción del clásico América B.C., de Barry Fell. |
Nada
está claro y, aunque los escépticos esgrimen con fuerza la idea de que todo
pueda tratarse, como se ha dicho antes, de piedras talladas simplemente por
granjeros mucho más modernos –una teoría, cabe decir en su contra, no mucho menos traída por los pelos
que las otras; se explicaría, en resumen, que las piedras habrían servido para
extraer savia de los árboles–, lo cierto es que el lugar despierta la misma
atracción que otros lugares de similares características que pueden encontrarse
en medio mundo.
Se
sabe que hacia finales de los años treinta fue visitado por H. P. Lovecraft –se
dice que uno de sus relatos se basó en este lugar–, y hacia los años setenta
sirvió de inspiración, también, para que a mediados de los setenta Barry Fell
escribiera el clásico de la Arqueología alternativa America B.C., que plantea
la llegada de numerosas expediciones a América mucho antes de la llegada de los
europeos en el s. XV.
Cualquiera
que lo desee –previo pago de una entrada– puede visitar el lugar y pasearse por
entre las controvertidas rocas que aún hoy reclaman una explicación.
¿Con
cuál de todas se quedarían ustedes?
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