miércoles, 7 de mayo de 2014

LA LEYENDA DEL MOKÈLÉ-MBÈMBÉ



Que en un lugar pantanoso y desconocido como la cuenca del río Congo, en África, haya leyendas sobre animales míticos, desconocidos para la ciencia, no es nada raro. Ocurre en lugares mucho mejor conocidos, explorados hasta la saciedad, como es el caso del Lago Ness, en Escocia, o el del Himalaya (últimamente, a decir de los que van por allí, tremendamente concurrido). Es algo propio del ser humano, dicen los expertos, llenar los vacíos del conocimiento con imaginación, y simple fantasía.

La cuenca del Congo es una zona inmensa de África, plagada de lugares
salvajes, inhóspitos y misteriosos...

Pero en el caso del Mokèlé-mbèmbé, esa simple imaginación va más allá, con detalles que a cualquier aficionado al misterio y los enigmas no tienen que escapársele.
Porque los habitantes de la zona no habían oído hablar jamás, cuando la leyenda de este ser llegó a oídos de los europeos, de los dinosaurios. No conocían a Nessie, ni tenían constancia de otros monstruos similares en, por ejemplo, la cuenca del Amazonas. Sin embargo, describían a un ser sumamente parecido al que habita, según la tradición, en el Lago Ness –un monstruo más grande que un elefante, con un solo diente, o colmillo, cuello largo, y flexible, y una cola musculosa, como la de un caimán–, tan similar a la descripción de un plesiosaurio –el dinosaurio con el que se identifica a Nessie–, que es imposible no asociar la imagen de ambos inmediatamente.
Y no sólo eso. Resulta que el Mokèlé-mbèmbé no es achacable a unas pocas tribus asustadas por determinados rincones de su entorno salvaje y misterioso, no. Su nombre (o sus nombres), son recogidos en innumerables tradiciones de la zona, que abarca un espacio inmenso del centro del continente africano, y así, es conocido, además de por Mokèlé-mbèmbé, también como mbulu-embeme, nyamala, amali, songo, badigui y guanerú.

Como en el caso del monstruo del lago Ness, en Escocia, muchos
creen ver a un dinosaurio marino en las descripciones que dan las leyendas...

¿Es el Mokèlé-mbèmbé sólo una leyenda? ¿Se trata de un dinosaurio? ¿De una nueva especie de reptil?
Varias expediciones trataron, a lo largo del s. XX, de darle caza. Como buen animal legendario, se resiste todavía a dar la cara. Sólo, quizá, quiera darla a los nativos que llevan siglos reconociendo su existencia. Y es que, tras 65 millones de años de soledad, para qué va uno a complicarse la vida, pensará el animalito… 

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