El
fenómeno del tercer hombre es un clásico de la investigación parapsicológica,
que lleva inquietando a los especialistas desde el origen mismo de la
disciplina. Los primeros textos que aluden a él están en el Antiguo Testamento,
aunque su popularidad llegará más tarde, en el s. XX, con las confesiones del
explorador Ernest Shackelton, tras su expedición a la Antártida de 1916.
¿Qué era la extraña presencia que detectaron los hombres de Shackelton durante su aventura antártica? |
En su
diario –no en las primeras ediciones, sino en las que se publicarían
posteriormente– el aventurero asegura que una fantasmagórica presencia, invisible
pero real, le estuvo ayudando y dando ánimos en los momentos más difíciles de
la travesía.
Una especie
de ángel de la guarda, vamos, que el resto de sus hombres también reconocieron haber
sentido como él.
Aunque
la historia, contada así, puede dejar indiferente –habrá quien eche mano de
esos fallos en el cerebro que surgen en momentos críticos–, sí sorprende el
constatar que Shakelton y los suyos no han sido los únicos en experimentar algo
parecido, y que en este mundo nuestro lleno de tecnología, y de respuestas para
todo, sigue sucediendo.
En El
tercer hombre (Ariel, 2009), John Geiger repasa otros muchos casos más del
fenómeno, que le han llevado a rastrear los instantes posteriores a los atentados de
las Torres Gemelas, el vuelo en solitario por el Atlántico de Lindberg, o
experiencias de numerosos alpinistas, submarinistas y aventureros, en general,
que en los momentos de mayor peligro, cuando sienten que les faltan las
fuerzas, perciben el socorro de alguien que les da aliento, y que impide que
fracasen y salgan a flote.
¿Existen realmente los ángeles de la guarda? ¿Son la verdadera explicación del fenómeno conocido como "el tercer hombre"? |
¿A qué
se debe, pues, este interesantísimo fenómeno? ¿Es algo real, ese ángel de la
guarda del que hablan los textos sagrados de muchas religiones? ¿Es una
percepción fallida del cerebro, la necesidad que tenemos a veces de generarnos
a nosotros mismos esperanzas en los instantes críticos de la vida?
Se han
llevado a cabo muchos estudios, pero no hay aún pruebas concluyentes.
No,
desde luego, suficientes para explicar las maravillosas visiones, y
experiencias, de algunos de los humanos más valientes de nuestra especie…
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