No
creo que ningún asiduo lector de esta web lo desconozca, pero por si hay
alguien ahí recientemente incorporado, que lleve poco tiempo con nosotros, diré
que José Ignacio Carmona Sánchez es uno de mis autores favoritos en esto del
misterio. Su pasión por Toledo, su humildad, y el hecho de que, además, sea una
persona sumamente activa, siempre dispuesta a charlar, y a participar en lo que
le propongan, me lo hace además personalmente bastante simpático, y cualquier
excusa es buena para departir un rato con él.
Hoy
viene a hablarnos de su nuevo libro, dedicado a esa ciudad mágica que a tantos
nos sigue inspirando, y a la faceta esotérica, legendaria, y vinculada al
pueblo judío, que a mí, particularmente ‒parte de la culpa la tiene también
nuestro invitado‒ me apasiona como pocas cosas en la vida.
Marcus Polvoranca.‒ Hola, Iñaki. En primer
lugar, felicidades por el libro y por el estreno con tu nueva editorial.
Espero, de verdad, que sea el inicio de un camino fructífero y lleno de...
...buenos libros. Hay (lo sabemos los dos) no diré muchos, pero sí unos cuantos libros dedicados a Toledo y a la magia. ¿Qué hace de particular el tuyo? ¿Qué ofrece el tuyo que no tengan los otros?
...buenos libros. Hay (lo sabemos los dos) no diré muchos, pero sí unos cuantos libros dedicados a Toledo y a la magia. ¿Qué hace de particular el tuyo? ¿Qué ofrece el tuyo que no tengan los otros?
El
libro se divide en dos partes claramente diferenciadas; pero complementarias. A
saber: por un lado la historia de los judíos en la Península con especial
atención a la astrología, la Cábala, el descubrimiento de América, creencias y
supersticiones, y la segunda parte habla de ese Toledo heterodoxo de Cuevas,
sociedades secretas, mitos como la Mesa de Salomón, la Cueva de Hércules, etc...
Aprovecha
el andamiaje de rigor que aportan destacados eruditos toledanos (historiadores,
arqueólogos, académicos…) tales como Ruiz Taboada, Ventura Leblic, Jesús
Carrobles y muchos otros, y amplia esa visión con una relectura nueva o
complementaria como es mi campo de estudio ‒el simbolismo‒, la Filosofía
Perenne injertada en el esoterismo de las distintas religiones. Además, aporta
un punto de vista distinto, pues hasta ahora la historia de los judíos la
mayoría de las veces se contaba desde fuentes cristianas. Yo he aunado aquellos
que nos dicen las propias fuentes judías, como por ejemplo los estudios que
llevó a cabo el célebre cazador de nazis Simon Wiesenthal, en relación al
Descubrimiento de América en el Archivo de Indias….
Marcus Polvoranca.‒ Me interesa mucho el
tema de la relación entre Toledo y la comunidad judía, los sefardíes, y la
manera en que la magia, la leyenda, lo sobrenatural y todo eso, parecen
íntimamente ligados y entrecruzados en lo que respecta a la ciudad y a los
judíos. ¿Es Toledo especial en este sentido? ¿Hay mayor cantidad de magia y
leyendas en lo que respecta a los judíos que vivieron allí, que en otros
lugares de Europa, o de España, donde existieron comunidades tan asentadas?
Toledo
no solo es la Jerusalén de Sefarad; es la ciudad donde se cumple una especie de
profecía judía que hace alusión al Salmo 113, en donde se veneran lugares en donde
en mayor número de lenguas (en este caso, Toledo es la ciudad de las nueve
lenguas) se pronuncia el nombre del Seño . Toledo es mucho más que eso;
recientemente vino el continuador de Elena Blavastky (la teósofa), un hindú
llamado Sri Parvathi Kumar, y rápido conecto con lo que él llamó “depósitos de
conocimientos ocultos muy antiguos”. De hecho, está “trabajando Toledo a través de técnicas energéticas relacionadas
con el Muladhara, iniciando lo que se ha venido en llamar “El Águila, El
símbolo y el Sendero “...
Fíjate
que en tradiciones tan remotas como antiguas aparece Toledo, no ese Toledo cuya
magia se llamo “la Ciencia toledana”, o al que se acudía en la Edad Media “a
estudiar los diablos”; es algo mucho más profundo . Una de las sociedades más
crípticas, incluso dentro de la Masonería ‒acaso de las mas esotéricas‒, allá
por Centroeuropa, decía deber sus conocimientos a un desconocido maestro que
vivió en España y que se ocultaba bajo el sobrenombre de “Tajo” ‒por cierto,
palabra de origen sanscrito que tiene que ver con la antigua Atlántida , cuyos
descendientes, el mismo Kumar, nos dice que somos los iberos‒ y, ¡qué curioso¡:
…él habla de que desde Toledo parte la sagrada tarea de reunir dos continentes
sin saber él que yo trato en el libro el desconocido papel que jugaron los
judíos conversos toledanos en el descubrimiento de América…
También
, yo mismo inicié esa línea de investigación. En 1988 salta a la prensa la
presencia del Papa Negro en Toledo coincidente con una febril actividad de las
sectas satánicas y aparecieron restos de misas negras por todo Toledo, incluso
debajo del perpendicular del Transparente de la Catedral… Yo te aseguro que
estos no eran unos charlatanes adolescentes de imaginación agitada, pues en un
estudio geométrico-simbólico que hice en su día, en base al
plano de Toledo y a la aparición de restos de misa negras partiendo de
determinadas localizaciones, sabían muy bien lo que se hacían… y donde lo
hacía. Algunos hablaron de que había una profecía gallega que decía que “el
anticristo nacería en Toledo“, y ese era el motivo o trasfondo de tanta
actividad por aquella época… Déjame aclarar a éstos su habitual falta de
conocimiento del tema: no existe como tal una profecía gallega. Todo parte de
unos estudios del neósofo y uno de los
padres de las letras gallegas, Vicente Risco, que hace mención a una lejana
profecía relacionada con Agarta, y el rey Mundo, que nos narra cómo hay un
subterráneo que une ni más ni menos que Mongolia con Toledo, pues el anticristo
saldrá desde aquellas lejanas tierras, y aparecerá en Toledo…
(Muchas
de estas cosas, Marcus, que te cuento en esta entrevista, ponles un Copyright imaginario pues son estudios
genuinos que me han llevado mucho tiempo, y luego vienen terceros y desvirtúan
mis palabras…)
Continúo. Referente a la famosa fama de un
Toledo mágico, escuela de magia, la existencia de un “ Nefando Gimnasio“, o
Cueva donde Hércules ocultó sus secretos y se aprendía la magia, decirte que
Toledo es hueco, es un peñasco horadado por cuevas que recorren su interior
como arterias, y que se proyectan desde la ciudad hacia las afueras, muchos
kilómetros más allá, incluso por debajo del rio Tajo. Pero hay que hacer una
precisión. El lenguaje mitológico es muy particular; es un lenguaje que perdió
su carga iniciática con el mundo griego; cuando decimos que Hércules vino desde
Oriente, a encerrar los secretos de la magia en una gruta toledana, se esta
describiendo un proceso histórico cierto: la llegada de la “Magia desde Oriente
a Occidente “, singularmente a Toledo, pero ‒te preguntarás‒: ¿como sucedió
esto?
La magia en origen era un modo de conocimiento
integral; no había separación entre materia científica y no científica. El conocimiento
se trasmitía en el seno de las corporaciones sacerdotales, y la cadena de
transmisión estaba asegurad bajo las prerrogativas del “silencio y el secreto”,
y era una trasmisión oral, “iniciática”. En un momento dado, los griegos (continuadores
del mundo mágico egipcio) rompen esta antigua tradición. Por ejemplo, Alejandro
Magno le recrimina al que había sido su preceptor que había pervertido esa
cadena “escribiendo cosas que no debían contarse”… Bien: ¿Cuando se vuelve a reunificar esa cadena? La respuesta está en
los árabes.
En Bagdad se confrontan y agrupan de nuevo
cosas tan heterogéneas como la ciencia griega, la astronomía hindú, la
astrología persa, la geografía alejandrina… y esa compilación única, que se
codifica en una magna enciclopedia que reúnen los “Hermanos de la Pureza”
(sufíes= esoterismo islámico), llega a España, más concretamente a Toledo,
donde se une al flujo de conocimiento heredado del mundo romano depositado en
los monasterios visigodos, y en donde destacaba la figura inconmensurable de San
Isidoro. Si a esto unes que el centro de espiritualidad judía gravita de
Babilonia, Bagdad, Túnez y Córdoba ‒más tarde Toledo, con las famosas escuelas
talmúdicas que más tarde alumbran la Cábala‒, entenderemos que Toledo se
convirtió en un lugar único en donde se concentro una confluencia de saberes de
todo tipo….
Por eso hay multitud de círculos cabalistas
(lo cuento en el libro), y en el siglo XV es rigurosamente histórico cómo se
sabe de un circulo alquimista que escribió, entre otros, “El Libro del tesoro o
el candado” , pues uno de sus autores fue mandado degollar sobre una espuerta
de paja por el arzobispo Carrillo , que se llamaba Fernando de Alarcón.
Para terminar, déjame hacerte un apunte sobre
la relación del Grial con Toledo.
La
fuente del Grial como linaje proviene de Abraham ben Daoud, quien se
corresponde en el grial con el personaje de Flegetanis. Este judío que vivió en
Toledo es el autor del “Sepher ha Kabbalah” (Libro de la Tradición, que
contiene un apéndice de una crónica hebrea redactada en Narbona en 1161, en el
que el clérigo provenzal Kyot basa su historia del Grial. En esa crónica es
donde se narran los detalles del enlace entre Makhir y Auda Martel.
Julius
Evola acierta al considerar que los “Preste Juan” son los descendientes de
David, y al profetizar que el “Águila Imperia bicéfala” (escudo de Toledo),
solo resurgirá en la ciudad que contiene “la Piedra de la Luz”.
El autor recibiendo la medalla de las 4 sinagogas |
La
única ciudad que tiene en depósito ‒no hablo en pasado sino en presente‒,
las insignias imperiales, es Toledo. Las leyendas de los Doce Pares que
se relacionan con la ciudad enmascaran el sentido oculto del ceremonial que
realiza el arzobispo cuando toma del altar la gran corona de Carlomagno mientras
los Doce Pares en círculo la sostienen sobre la cabeza del rey. La Institución
de los doce pares es de inspiración zodiacal, y representan la unión de
la autoridad espiritual y el poder temporal. Todo gira alrededor del rey como
los planetas alrededor del Sol. La función directa del rey, heredera de las
formulas rituales arcaicas ‒tal como hemos visto‒, es la de santificar el
tiempo mediante la observación del ciclo litúrgico y de las fiestas principales,
que se corresponde con el movimiento del Sol en el Zodiaco
Toda
la lengua sacerdotal secreta en su parte astronómica y geométrica basada en la
combinación de los principios femeninos, y masculinos, hace alusión a
cronologías secretas en perfecta armonía con los misterios celestes. Entre
ellos, el de la generación Toledo= Toldot (generaciones). La constante
presencia de Toledo como una de las míticas ciudades universales se diferencia
entre todas ellas por ser una ciudad real, no imaginada. La tradición habla de axis mundi por donde la humanidad recibe
su alimento espiritual; se refiere a ciudades “predestinadas”. La misma denominación
de “Shambala“, o isla santa, equivale a la inca de “Cozco”, ombligo o cordón
umbilical, evocando una idea arquetipo de nutrición cósmica que liga al
mundo humano con los mundos superiores donde moran los “hermanos
superiores”
Marcus Polvoranca.‒ Sé que eres una persona
muy ligada a la cultura judía, incluso premiado por tu labor de difusión. Supongo
que lo comentarás, pero, ¿desde cuándo hay judíos en Toledo? ¿Es cierto, como
me parece haber leído por ahí (ya no recuerdo si en algún otro libro tuyo) que
los había posiblemente antes que en cualquier otro lugar fuera de Israel? ¿A
qué podría deberse esto?
Los
judíos son la comunidad más indígena de la Península, es decir, hay restos
conocidos desde el siglo I, pero es muy probable que ya vinieran grupos
aislados que formaban parte de las expediciones comerciales fenicias... Hay
mucha mítica en torno a recrear unos orígenes pretendidamente aristocráticos de
algunas comunidades judías asentadas en España, como la de los judíos
toledanos, que se decían pertenecientes a los linajes de Judá y Benjamín, y en
algunas fuentes judías, y eruditos bien
formados, como Arias Montano, así se defiende, especulando con que la palabra
Toledo es de origen y fundación hebrea: Toldot= generaciones, o Toledo = Tiltul
(trajín , o errantes).
Me
otorgaron recientemente La Medalla de las cuatro Sinagogas en un acto muy
emocionante acecido en la sede de La Gran Logia de España, a propuesta del
Presidente del Consejo Sefardí de Jerusalem, D. Abraham Haim. Fue un acto muy
emotivo y simbólico, con presencia importante de amigos e Instituciones, como
mi amigo Davide Hatchwell, Presidente de la Federación judía, quién me dedicó
unas muy cariñosas palabras.
Fíjate
que se me entregó por mi defensa de la cultura sefardí, por mis libros, pero
principalmente por una labor callada (privada)
a favor de iniciativas que, partiendo de mí, han sido muy bien recibidas
por el mundo judío (recientemente estuve de visita privada en Toledo con el viceministro
de educación israelí, Avi Wortzman). Como nota graciosa, decirte que cuando
digo “labor callada”, no hay nada de extraño, pero ya me han llegado oídos de
redes conspiranoicas en donde se dice que pertenezco al Mossad… O que me habían
dado la medalla por haberles llevado hasta el paradero de la Mesa de Salomón… Lo mismo pueden decir
esto que que soy “reptiliano”, vete a saber, Marcus…
Marcus Polvoranca.‒ No puedo evitar hablar
de las reliquias (el Arca, la Mesa, el Grial). Supongo que tienen su hueco en el
libro, como grandes arquetipos y grandes (creo yo) metáforas esotéricas del
secreto, la búsqueda, la gran verdad inscrita en ellas. Sabemos que tus pistas
han permitido tener localizada más o menos la Mesa (no diremos dónde; que la
gente acuda a los libros que tienes dedicados a este asunto) pero, ¿qué hay de
las otras? ¿Hay esperanzas de que puedan estar también en la ciudad imperial o
en sus aledaños?
Como
bien dices, hay un amplio capítulo en el nuevo libro dedicado a la MESA DE
SALOMÓN, un objeto de especial atención en toda mi obra. Podría haber dado para
otro libro, pero he preferido que mis lectores, en ese diálogo sostenido en el
tiempo que supone un libro, tengan codificada toda la actualización de mi obra
e investigaciones en un mismo tomo. El nuevo libro es un ensayo de 300 páginas;
no es una tomadura de pelo comercial, o un refrito de fácil consumo… Pero a lo
que íbamos:
Lo
has descrito perfectamente: La Mesa (y otros objetos de poder) son, por una
parte, algo físico, pero aluden a una realidad más amplia: arquetipos de
autorrealización espiritual.
Me
he dado cuenta de que cuando ando por los caminos de la localidad en que
resido, los pensamientos fluyen mejor, y eso es una metáfora de la vida. El
aprendizaje vital y espiritual consiste en un
movimiento perpetuo, en donde, al concluir el círculo, tú eres todo el
espacio contenido en él.
El
llamado Templo de Salomón (y los otros) son, por una parte, una prefiguración
en la tierra de los misterios celestes, y por otra, una alusión a la gradación o evolución espiritual del hombre en
esa búsqueda de sí mismo en diálogo permanente con Dios (léase trascendencia).
La visión de Ezequiel y de todo lo que tiene que ver con la Merkavah, y los hekhalot (lo más serio del
esoterismo judío), alude a la culminación última del místico, en su encuentro o
identificación con Dios.
En
Salomón, cuya historicidad ofrece serias dudas,
se refunden mitos y elementos simbólicos
prestados de todas las culturas limítrofes, especialmente procedentes del
mundo egipcio. El libro de Deborah y otros textos nos lo presentan como un
perfecto conocedor de los misterios celestes (todo el Templo, sus objetos, su
culto, es una representación simbólica del Universo), esto es: un astrólogo.
Cabe recordar que el mito es una manera específica de contar el mundo, y cuando
hablamos de Salomón hablamos de un periodo, pues en tiempos de Salomón se fijo
la trasposición del principio de año del otoño a la primavera, y se regularizaron
todas las cosas que se relacionan con el culto en el Templo, desbrozándolo
de influencias foráneas. Como bien sabes,
astrólogo equivale a “mago”, y el desconocimiento profano de una realidad más
profunda desembocó en que la figura de Salomón fuera investida de credenciales
mágico-supersticiosas, que surgen por corrupción en tradiciones posteriores como la árabe.
Cuando
se habla de que la Mesa de Salomón es un “espejo en el que se ven los siete
cielos“, esto responde a un contexto determinado. Los hebreos dividían el universo
de una manera peculiar ‒en dos partes‒, de modo que el plano redondo de la
tierra, con sus mares y continentes, servía de diafragma por debajo del cual estaban los abismos, y por encima se
situaba un cielo abovedado transparente
‒el “shamayim”‒, lo que erróneamente se traduce por firmamento.
Salomón,
según el cantico de Deborah ‒que hace
referencia al movimiento diurno de las estrellas‒, era perfecto conocedor de
los misterios celestes. También se refiere a Salomón como astrologo el libro de la sabiduría (VII,
19), en donde aparece como conocedor,
entre otras cosas, del concepto
astronómico de la previsión de los movimientos celestes y, tal vez, del
concepto astrológico de las configuraciones reciprocas de los siete planetas: obviamente,
la alusión a la Mesa de Salomón (un zodiaco, no lo olvidemos, según Filón de
Alejandría), como “espejo de los siete planetas” se enmarca en ese contexto
Llegados
a este punto, déjame hacer un poco de “pedagogía” sobre lo que es la Mesa de
Salomón. Cuando una y otra vez se nos ha contado que es “una mesa que contiene
el nombre secreto de Dios, que una vez al año pronuncia el Sumo Sacerdote
hebreo en el interior del Debir, o lugar más sacrosanto del templo”, yo me
digo: pero, ¡de donde han sacado esto¡
Lo
dice un autor conocido utilizándolo como licencia literaria para uno de sus
libros, y lo repiten uno tras otro todos los autores que saben de muchas otras
cosas, pero que de mística y esoterismo judío, en fin…
Para
empezar, cabe identificar a la Mesa de Salomón con un único objeto como “Mesa”:
la mesa de los panes de la presencia o de la proposición. Y este objeto no
tiene nada que ver con la ceremonia del nombre. Cabe una única probabilidad si
nos atenemos a su descripción como “Zodiaco”,
según la carta de Aristeas, Filón , etc.,
Te
explico: la ceremonia de entronización de los reyes hebreos está íntimamente relacionada
con rituales veterotestamentarios de
otras culturas anteriores, singularmente la ceremonia de entronización de los
faraones. De hecho, himnos reales hebreos como el Salmo 109 y otros, son una
copia calcada de la ceremonia egipcia. Según esa ceremonia, el rey se convertía
en “ungido”, rey por derecho divino. Rey –sacerdote o Cosmocrator (hacía girar
simbólicamente la rueda que rige la vida de los súbditos), pues santificaba las
fiestas y los usos litúrgicos en relación al movimiento del Sol en el Zodiaco. Sobre
el rey se cumple la profecía u oráculo, por eso al rey hebreo se le entregaba
el nezer, o corona, junto al edut o decreto que contenía el nombre del nuevo
rey, la designación divina y el augurio de perpetuidad del reino. Lo mismo que
los textos de las pirámides nos dicen sobre “el destino estelar del rey”.
Prosigamos.
¿Qué
relación tiene la mesa con la ceremonia sagrada de entronización? Primero, que
es un zodiaco, lo cual es asimilable a un “horóscopo” sobre el que practicar el
oráculo. Segundo, que la figura de Salomón se no presenta como “astrologo”, o
lector de la cosas celestes. Tercero, la
ceremonia de unción tiene que ver con el descenso de la gracia divina sobre el
nuevo rey mesías (ungido).
Las
correspondencias ya nos las termina de explicar Filón de Alejandría al
relacionar la piedra angular que rige el Universo (Dios/ el verbo) con el pan,
o maná. Dios es el pan que baja del cielo para ser “engullido por el hombre
“(mística y metafóricamente hablando)
Los
óleos estaban considerados en Egipto, y en todo Oriente, como sustancias
divinas, emanaciones de Dios como sustancias solares y, de hecho, la
insignia real que se entregaba simbólicamente en forma de corona, o diadema, se
ponía sobre la parte de la cabeza (coronilla) que se encuentra sobre la arteria
coronaria y que enlaza con el chakra denominado “sahasrara padma” o “Loto de
los mil pétalos”, que se ilumina cuando el hombre alcanza su más alto nivel
espiritual. “Para siempre establezco tu
linaje” (Salmo 88). El rey sube al Trono de Yavhé, y es constituido rey
sacerdote siguiendo el orden de “Melkisedec”.
Todas
las monarquías posteriores en el tiempo se inspirarán en la ceremonia de
coronación de los reyes hebreos. La combinación armoniosa de símbolos, se funde
en un símbolo fundamental; me explico: Mesa de los panes y Grial, ambos
objetos eucarísticos, aluden a una misma cosa. La herencia céltica que se da a
conocer a partir del siglo XII, cuando aparecen leyendas como el Grial, evoca a
la ascendencia davídica de las monarquías europeas. En la fachada de la
Catedral de Reims, catedral de la coronación de los monarcas franceses, se
puede ver la coronación de David por Samuel, y la historia de Salomón.
Cambio
de tercio.
Ahora,
referente a un objeto ritual llamado “Mesa de Salomón” que, investido de
propiedades mágicas, y como botín , tras
ser arrasado el Templo judío por las legiones de Tito, llega a Roma y queda
depositado en el templo de Júpiter Capitolino. Pero, ¿cómo acaba en Toledo?
Los
visigodos arrasan Roma, toman, entre otros tesoros, esa Mesa, y la incorporan a
su tesoro sagrado (conformado por riquezas, pero también por elementos
simbólicos). Ese tesoro, no lo
olvidemos, es un tesoro legitimador: quien posee el tesoro posee el
derecho a gobernar. Ante la presión de los francos, los visigodos acaban
instalados en la península y, con el tiempo, fijan su corte en Toledo, la urbs
regia. El tesoro queda depositado en la Iglesia de los santos apóstoles Pedro y
Pablo, en la actual Vega Baja, en una sala llamada “Teshaurum”, bajo la
custodia de un noble godo conocido como “Comes Teshauri” .
Más
tarde, los árabes invaden la península. ¿Qué fue de la Mesa que formaría parte
de ese tesoro legitimador?
Muchos
objetos, por su rica ornamentación, son confundidos con La Mesa de Salomón,
probablemente por la idea que pudieron hacerse los árabes sobre lo que habría de ser una mesa
maravillosa, como por ejemplo lo era el famoso missorium áureo, o la mesa de las evangelios que los nobles godos
rivalizaban en decorar suntuosamente.
Pero
no cabe duda de que no hallaron la Mesa. Y en esto coincide con mis
investigaciones anteriores el mayor experto en el mundo visigodo: el profesor
García Moreno, quien fija el posible paradero de la Mesa en un área a las
afueras de Toledo, entre 50 y 150 km en
dirección a la Lusitania (Mérida).
¿Por
qué?
Porque
los árabes habían pactado con algunos sectores godos rendir por capitulación
ciertas poblaciones sin lucha a raíz del “pacto de Écija”. El clan fiel a Don
Rodrigo, sus partidarios, contrarios a los pactos de Écija, se habían recluido
en Mérida como ultimo bastión. Por el sudeste, siguiendo la calzada que unía
Cartagena y Compluto (la actual Alcalá), venía avanzando hacia Toledo el Conde
Teodomiro, aliado de los árabes , por lo cual la hipótesis de que ante la
inminente llegada a Toledo los tesoros fueran puestos a salvo en dirección a
Alcalá no ser sostiene: no vas a
preservar el tesoro legitimador clave para entronizar a un nuevo monarca, yendo
al encuentro de tu rival. Por lo tanto, lo más probable es que se dirigieran
hacia la Lusitinania, y lo hicieran utilizando una vía secundaria romana, que
pasaba por dos enclaves visigodos gemelos: Guarrázar y Melque .
Como
los godos pensaron en una situación provisional (nadie pensó que los árabes se
adueñarían del reino; era habitual que cuando los clanes godos rivalizaba,n se
aliaran con ejércitos extranjeros y luego les compensaran su ayuda) ocultaron
el pesado tesoro cerca de la corte, de Toledo. Y así, siguiendo esa vía de escape
propuesta por el profesor García Moreno, y esbozada por mí en libros, y
artículos, se acredita que fue el itinerario natural que siguiera el tesoro,
pues aparece de forma casual a 18 km de Toledo, con el descubrimiento del
famoso tesoro de Guarrázar, conformado por las coronas votivas, todas esas cruces, bastones perdidos y palomas
de oro.
¿Dónde
queda la Mesa, pues? ¿Por qué no aparece junto a las coronas votivas? Es
probable que, a tenor de las nuevas prospecciones arqueológicas en Guarrázar,
tengamos una sorpresa mayúscula en breve, pues se había considerado Guarrazar
un enclave visigodo menor, y parece adivinarse después de todo un enorme complejo
palaciego. Otra pista es que cerca de Guarrázar haya, como hay, etimologías
provocadoras como “la casa de la Mesa“ (significado del topónimo Daramezas), aún
sin profundizar.
Sin
embargo, yo vengo proponiendo otra alternativa desde hace décadas, pues, siguiendo
ese itinerario de huida que se ha demostrado cierto, cerca de Guarrázar, sin
dejar la misma calzada romana, se encuentra Santa María de Melque, llamado “El
Escorial visigodo”. Melque es una de las iglesias visigodas mas enigmáticas de
la península, etimológicamente “palacio del servidor del rey “, que cuenta con
una intrincada red de cuevas y minas cercanas, y formó parte junto al cercano
(y no menos misterioso) castillo de San Martin de Montalbán, de una posterior bailía templaria. La
tradición oral habla de que en una cueva no localizada que une el castillo de
Montalbán con Melque se ocultan fabulosos tesoros, y el mismo círculo de Felipe
II puso en objetivo la zona de los montes de Toledo.
¿Puede
ser el pozo encerrado en la coracha del castillo, al pie de la albarana meridional,
una entrada a esa galería que une el castillo con Melque? La galería
subterránea dirigida hacia la albarrana sur está interceptada actualmente por
hundimientos a metro y medio de su entronque con el pozo, y, como nota curiosa,
el pozo celosamente protegido daba acceso a
una mina de agua que sin embargo
es cava seca. Hasta ahí puedo contar…
Bueno,
te cuento algo más Marcus: en 1788 nadie en la zona sabía ya del paradero y
ubicación exacta de la Iglesia de Melque. Alguién, de manera llamativamente
misteriosa, para preservarla de buscadores de tesoros como los que incendiaron
su rica decoración para fundir lo que ellos pensaron era oro, sepultó toda la
iglesia bajo tierra. Sabemos de una Virgen Negra (probablemente hubo otra
blanca originaria de la capilla del castillo) que era un relicario , hueca por
detrás. ¿Qué reliquia escondía? Dicha Virgen desapareció misteriosamente en las
brumas de nuestra guerra civil, pero tras recibir el párroco de San Martin de
Montalbán la extraña visita de dos alemanes que venían expresamente a estudiar
esa Virgen, y parecían saberlo todo sobre ella, todo parece indicar un
inquietante interés de la Ahnenerbe alemana y los nazis por aquel mismo asunto…
Creo Marcus, que el libro merece leerse...
Marcus Polvoranca.‒ Desde luego. Pero volvamos
al resto de tu obra. He oído por las redes sociales que en breve regresarás de
nuevo a la actualidad editorial. Llevas tiempo anunciando una obra de ficción:
¿van por ahí los tiros? ¿O por la transcomunicación instrumental (otra de tus
especialidades)? La verdad es que, como creo haberte dicho ya anteriormente, me
intrigan mucho esas partituras nazis que obran en tu poder…
Lo
de las partituras es un tema sensible, Marcus, que prefiero no tocar. Respecto
al próximo libro, te anuncio que saldrá entre mayo y junio con la editorial
Luciérnaga (editorial perteneciente al Grupo Planeta), y, como soy un autor que
algunos han etiquetado de polifacético, no puedo desvelarte el tema, pero si
decirte que vas muy bien encaminado en tus sospechas, Marcus…
Marcus Polvoranca.‒ Bien, bien, pues
aguardaremos entonces a que aparezca el libro. Mientras, Iñaki, agradecerte tu
tiempo y todas esas cosas tan interesantes que nos has contado. Espero que haya
oportunidad de nuevas charlas, pues de cada una de ellas surgen más y más
preguntas. ¡Un fuerte abrazo, Iñaki!
Otro
para ti…
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