miércoles, 3 de abril de 2019

EL GENIO ESOTÉRICO DE GÉRARD DE NERVAL




El más romántico de los poetas franceses, dicen los manuales. Extravagante, activo, viajero; precursor del movimiento surrealista; loco, suicida… Nacido en 1808, como todo buen artista que se precie abandona enseguida los planes familiares para iniciarse en una profesión respetable ‒la de médico‒ y se embarca desde joven en algunas arriesgadas aventuras literarias que le acaban arruinando tras el fracaso de una ambiciosa revista de creación.

Gérard de Nérval (1808-1855)

Dicen esos mismos biógrafos que su momento de mayor locura coincide con el momento de mayor clarividencia esotérica (eso último, en realidad, lo decimos nosotros).
Lee sobre astrología, quiromancia, Tarot, entre ingreso e ingreso en el hospital.
Termina viajando a Oriente, porque sabe que todo parte de allí.
Antes, ha conocido a Dumas, y a muchos otros iniciados ‒aunque la historia de la literatura quiera dejar este hecho a un lado‒ y comprende que ese mundo que es mucho más complejo que el que pueden ver los demás ‒aunque mucho más simple, en realidad‒ tiene un sentido; un sentido que se encuentra en las correspondencias
Sus obras están construidas en base a estas doctrinas. Quien lea Sylvie podrá escudriñar entre sus páginas el orden astrológico del Horóscopo; quien lea Aurelia podrá encontrar en ella los arcanos mayores del Tarot.
Podemos entender el Romanticismo como un movimiento que trata de romper las reglas, que intenta rasgar la camisa de fuerza del clasicismo, pero también, siguiendo la biografía de Nerval, como un intento de situarse bajo otro punto de vista y comprender que la realidad va más allá de un conjunto de reglas rígidas, previsibles...


¿Fue el suicidio de Gérard de Nerval fruto de algún tipo de conspiración? ¿Se mató,
o le mataron por haber revelado ciertos secretos...?

Hay un mundo de correspondencias mágicas, invisibles. Hay un orden diferente al del azar y los procesos materiales. Hay una jerarquía cósmica, que tenemos que aprender a conocer, y a manejar, y que es capaz de sacarnos de la mediocridad a la que nos encadena el materialismo habitual de las cosas.
Según algunos, Nerval no se suicidó, sino que le suicidaron. Murió ahorcado en una tétrica calle de París, se cuenta que ahogado en sus dificultades mentales. Raro en alguien que en esos últimos momentos creía despertar, ¿no?
Tal vez, como se cuenta en determinados círculos, tuvieron que acabar con él por haber revelado al mundo ciertos secretos, que deberíamos de esforzarnos por desentrañar de lo más profundo de sus obras…

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